Diferencias entre los tipos de drogas

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Aunque en general tendemos a ver todo consumo de drogas como la misma cosa, también aquí nos encontramos ante situa­ciones muy diferentes.

Aprender a distin­guir, nos ayudará a llamar a cada situación por su nombre, y atribuirle el significado que realmente le corresponde.


Ni todo consumidor de drogas es un "drogadicto", ni todo consumo de drogas en el que no haya dependencia es por completo inofensivo.

Diferencias entre los distintos tipos de drogas que existen

Aunque las relaciones con las drogas sean tantas y tan diversas como consumidores, convengamos al menos en la necesidad de establecer tres tipos bási­cos: uso, abuso y dependencia.

Uso: podemos encontrar las personas que experimentan por primera vez, aquellos que consumen esporádicamen­te, o los que lo hacen con más frecuencia. Entendemos por uso, aquel tipo de consumo en el que, bien por su frecuen­cia o por la propia situación física, psí­quica y social del sujeto, no se eviden­cian consecuencias en el consumidor ni en su entorno. Se trataría por tanto, de un uso no problemático. Y habría que hacer algunas excepciones, que tienen que ver con las drogas y las modalida des de uso. Por ejemplo: con respecto al cigarrillo, y a la conducta de fumar, no habría consumo mínimo no perjudicial, ya que todo consumo perjudica nuestra respiración celular. Como vemos, ries­gos y daños, estarían presentes ya en éste nivel.

Abuso: es aquella forma de relación con las drogas en la que, bien por su canti­dad, por su frecuencia y/o por la propia situación física, psíquica y social del su jeto, se producen consecuencias negati vas para el consumidor y/o su entorno. Alguna persona podría consumir una droga por vez primera, o en una sola ocasión, pero que por su naturaleza físi­ca, o por la cantidad de droga consumi­da, desencadenara algún tipo de proble­ma para su salud.

Dependencia: aquella pauta de comportamiento en la que el uso de una sustan­cia psicoactiva adquiere mayor impor­tancia que otras conductas que antes eran consideradas como más importan­tes. El consumo de drogas, que pudo haber comenzado como una experiencia esporádica, pasa a convertirse en una conducta en torno a la cual se organiza la vida del sujeto. La persona dedicará la mayor parte de su tiempo a pensar en el consumo, en buscar la droga, o la for­ma de comprarla, en recuperarse de sus efectos, etc. Para hablar de dependencia es una condición imprescindible la pre­sencia de un síndrome de abstinencia cuando se suprime el uso de la droga.

El concepto genérico de dependencia in­tegra dos dimensiones:
Dependencia física: en este caso, el or­ganismo se ha habituado a la presencia constante de la sustancia, de tal mane ra que necesita mantener un determi­nado nivel en sangre para funcionar con normalidad. Cuando éste descien­de por debajo de cierto límite, aparece el llamado Síndrome de Abstinencia, que es característico de cada droga.

El concepto de dependencia física está muy asociado al de tolerancia como he­mos visto. Es el proceso que se da, por ejemplo, con el alcohol. En los primeros consumos afecta notablemente aún a do­sis muy bajas. Sin embargo, si se supera esta fase y el consumo se hace habitual, el organismo se va adaptando a la sus­tancia como medida de protección.

Dependencia psíquica: se pone de mani­fiesto por la compulsión por consumir periódicamente la droga, para experi­mentar un estado afectivo agradable (placer, bienestar, euforia, sociabilidad, etc.) o para librarse de un estado afecti­vo desagradable (aburrimiento, timidez, estrés, etc.).

Este tipo de dependencia se puede supe­rar tras un período de desintoxicación que, en función de cada droga, se pro longa durante un tiempo determinado.